La Oferta y la Demanda

Hace un siglo (en enero de 1920) el Congreso de los Estados Unidos aprobaba y ponía en marcha la ‘Ley Volstead‘, por la cual quedaba totalmente prohibida la destilación, almacenaje, venta y consumo de bebidas alcohólicas en todo el país, dando pie, esta medida, a un considerable aumento del crimen organizado.

Las bandas mafiosas se hicieron con el control de gran parte del país y a pesar de que la ‘Ley Seca’ fue derogada trece años después, la mano de la mafia era tan alargada que tenía intereses y control sobre la mayoría de los asuntos y negocios estadounidenses (juego clandestino, droga, prostitución…), pero había muchas más cosas que controlaron.

Una de ellas eran las alcachofas, un producto que era consumido por miles de italoamericanos y que la banda liderada por el gánster, de origen siciliano, Ciro Terranova, controló a su antojo.

La alcachofa había llegado al país dos siglos antes llevada por colonos españoles establecidos en California, donde se cultivó gracias al propicio clima, muy similar al de la cuenca mediterránea occidental, de donde era originaria.

La masiva llegada de inmigrantes italianos a Estados Unidos, durante los años de la fiebre del oro, provocó que esta verdura se convirtiera en uno de los alimentos básicos de cualquier hogar italoamericano.

A principios de 1900 California se convirtió en el principal lugar de cultivo de alcachofas de todo el continente americano y dos décadas después el negocio de exportación de la verdura estaba controlado por la banda mafiosa de Ciro Terranova.

Este, a través de un entramado de empresas, obligaba a los agricultores a venderle todas las cosechas de alcachofa a bajo precio, para posteriormente aplicarle un aumento de aproximadamente el 40% y distribuirla en los mercados de la costa Este del país, donde el margen de beneficio para los comerciantes era ínfimo, ya que Ciro Terranova les obligaba a vender casi por debajo del precio pagado (con el fin de que a las familias italoamericanas no les saliera caro).

La banda del gánster (conocido como ‘el rey de la alcachofa’) extorsionaba tanto a agricultores como a vendedores y no se cultivaba ni vendía una sola de esa verdura sin su conocimiento y consentimiento. 

Algunos comerciantes de los mercados neoyorquinos, ante tal extorsión, tuvieron que bajar las persianas de sus negocios y otros muchos decidieron, a principios de 1935, reunirse con el recién escogido alcalde de la ciudad, Fiorello Laguardia, y exponerle el problema.

El edil, tras ordenar una exhaustiva investigación del asunto que tardó varios meses, decidió publicar un bando municipal por el cual se prohibía la venta de alcachofas en todos los mercados de Nueva York.

Los mercados del Bronx, Harlem o de Little Italy recibieron la visita del alcalde, custodiado por un nutrido número de agentes de la ley que comunicaban a los vendedores que a partir de aquel momento tenían prohibido vender alcachofas.

Una prohibición que duró un año y que ayudó a que la mafia perdiera el control del monopolio de la alcachofa, además de hacer perder a Ciro Terranova una millonaria fortuna.

Este es un ejemplo extremo de la ley de la oferta y la demanda, donde la demanda condiciona la oferta (aunque en este caso sea manipulada). 

La moraleja: si hay un exceso de oferta, crea sobredemanda.  

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