El latín y el griego han estado muy vinculados con las marcas comerciales y la publicidad.
Existen varios motivos para el uso de las lenguas clásicas como parte del marketing: por un lado, el hecho de que el comprador no circunscribe el nombre del producto a un país determinado, evitando posibles antipatías territoriales.
Las lenguas clásicas dan un carácter universal y atemporal al artículo en cuestión. Además, suenan bien, contienen vocablos breves y llenos de contenido semántico para que el nombre se retenga como reclamo publicitario, aportando el prestigio de lo clásico.
Tenemos NIKE, que toma su nombre y el logo de Niké, la diosa griega de la victoria que podía correr y volar a gran velocidad; KAPPA, el nombre de la décima letra del alfabeto griego; o ASICS, acrónimo de la frase latina «Anima Sana In Corpore Sano».
Los productos de limpieza AJAX (el héroe de la mitología griega que participó en la guerra de Troya) o la empresa de pinturas TITAN (los Titanes eran los doce dioses que precedieron a Zeus), el insecticida ORIÓN (hijo de Poseidón) o incluso DURALEX, que hace referencia a la expresión latina «dura lex, sed lex» (la ley es dura, pero es la ley).
Aunque es en el sector de la automoción donde parece que tienen verdadera pasión por los clásicos. La marca alemana AUDI toma su nombre del imperativo del verbo audire (oír). Por tanto, audi significa «oye» ¿Y qué tiene que ver con un coche? Nada, tiene que ver con el apellido del fundador de la empresa: August Horch. No podía ponerle su nombre a la nueva compañía porque no tenía los derechos, así tradujo su apellido al latín, porque horch significa «oye».
La marca FIAT resulta del acrónimo de Fabbrica Italiana Automobili Torino y coincide con la tercera persona del presente de subjuntivo del verbo fio (hacer), y significaría «hágase».
ALFA ROMEO (acrónimo de Anonima Lombardo Fabbrica Automobili más el apellido de Nicola Romeo), coincide con la primera letra del alfabeto griego.
VOLVO toma su nombre del verbo latino volvo que significa «hacer rodar».
DACIA, hace referencia a la provincia del Imperio romano correspondiente a la actual Rumanía.
La marca española de camiones y autobuses PEGASO toma su nombre y su logo del caballo alado de la mitología griega.
Dejando a un lado las lenguas clásicas y siguiendo en el mundo del automóvil, tenemos SMART, acrónimo de Swatch -la marca de relojes suiza-, Mercedes y Art; SUBARU, nombre de las Pléyades en japonés, de ahí su logo; VOLKSWAGEN, literalmente «coche del pueblo».
Y terminaremos con la compañía de transporte compartido UBER, palabra comúnmente usada en inglés coloquial con el significado de «genial» o «súper», del alemán über.
El problema del analfabetismo de comienzos del siglo XX en España obligó a crear marcas reconocibles por símbolos, y los animales fueron los elegidos: lejía Conejo, pastas Gallo, pastas Ardilla, pasta laminada El Pavo, cerveza El Águila, cerveza El León, Norit (el del borreguito)…
Nosotros hemos optado por mezclar el latin, “Traffico” (comercio de un lado a otro), con el griego “Laborar” (trabajo) + “torio” (indica lugar donde se realiza la acción).