¡Dejémonos de tonterías: el tamaño importa…
… y mucho!. Hasta tal punto que puede provocar el efecto contrario.
Parece que cuanto más grande, mejor. Se piensa que podremos llegar más lejos y conquistarlo todo. Pero, ¿estás sabiéndolo utilizar? y me refiero al contenido que ofreces a tu público.
Cuántas veces hemos oído “un poco más grande, que se vea bien”. Y cuanto más grande el soporte, más cantidad de información queremos poner: ¡Gran error!
Tenemos pánico a los espacios en blanco y eso nos lleva a querer llenarlo de información: “Y ya si de paso ponemos… Ahí nos cabe, nos queda un hueco… “
Los espacios en blanco también comunican, equivalen a las pausas en una historia. Y en publicidad, donde se cuentan historias en poco tiempo, son fundamentales.
Bien es cierto que hay que saber utilizarlos, porque igual que una pausa mal utilizada puede cambiar el significado de una historia, un espacio en blanco mal diseñado en publicidad puede cambiar el mensaje ideado.
Es importante saber usar cada medio, cada soporte, conocer sus beneficios y posibilidades y trabajar creativamente, siempre bajo la estrategia y el concepto creativo de campaña.
Las grandes marcas tienen una audiencia muy amplia, pero no todas consiguen crear ese vínculo emocional necesario para enamorar. Es muy importante centrarse en el tiempo que permanece el usuario en la página, las veces que se le ofrece algo y ver el grado de confianza generada.
Hay que conseguir ese vínculo especial para que vean tu marca como algo atractivo.
Estar en la red no significa que vayas a tener éxito. Hoy en día tenemos “fatiga de contenido”: miles de artículos publicados diariamente, donde la mayoría pasan inadvertidos. Tienes que pensar: “¿qué voy a aportar para que consuman mi contenido y no otro?”
Enfocarse a un público más específico te ayudará a hacer más efectivos tus impactos y a estimular a tu audiencia. Pero solo con esto no vale: Además debes elaborar una estrategia creativa.
La creación de contenido es una carrera de larga distancia. Es normal no generar ventas al principio. Cada empresa tiene sus métricas, dependiendo de los objetivos, tipo de audiencia, etc. Las que tienen mayor tamaño parten con ventaja, pero luego hay que saber sacar el máximo partido para que el público se identifique con tu marca.
Es importante que adaptemos la estrategia al tamaño de nuestra empresa. Si somos una empresa pequeña y seguimos la estrategia del líder, seremos devorados por las empresas líderes. Esto pasó con muchas pequeñas marcas de cervezas que empezaron a anunciarse en televisión para acabar siendo absorbidas por grandes grupos internacionales.
Cuando somos uno de los grandes tampoco suele ser una buena opción ir a contracorriente, ya que seremos los responsables de generar un cambio en los patrones de consumo de nuestros consumidores, para que luego el resto de empresas nos copien cuando nuestro mensaje esté implantado en el mercado.
Una estrategia de nicho nos puede aportar grandes beneficios si somos una empresa pequeña y nos puede ayudar a dar el salto a ligas mayores cuando estemos preparados.
Es muy importante conocer nuestra posición en el mercado para desarrollar estrategias que nos ayuden a ser una empresa de éxito.
Porque el tamaño sí importa, y mucho.