Son tiempos duros, jodidos, con mucha incertidumbre (la pandemia de la incertidumbre, la llaman algunos); son tiempos de miedo, ansiedad e incluso de cierta hostilidad; son tiempos que dejan a la vista las miserias de algunos y, a la vez, se demuestra la grandeza de mucho más; son tiempos adversos, en los que acabamos de aplanar una curva y ya estamos subiendo otra… y, aun así, saldremos adelante, porque de otras peores hemos salido (y no hace mucho)…
La esperanza de vida de los españoles se situaba por debajo de los 30 años en 1880, en 1940 estaba en los 50 años y al finalizar el siglo XX era ya de 78 años.
Durante los años 40 y 50 del siglo XX, el pan blanco, los zapatos de cuero y la carne fueron un artículo de lujo para la mayoría de la población española.
El 40% de las defunciones que se produjeron en las tres primeras décadas del siglo XX fueron de niños que todavía no habían cumplido los 5 años.
En 1975, sólo el 57% de las viviendas disponían en España de baño o ducha. En 2001 el 100% ya tenían esos equipamientos.
La asistencia sanitaria alcanzaba el 22% de la población española en 1945 y el 50% en 1964. Únicamente con la llegada de la democracia se logró la asistencia sanitaria pública universal.
Un 13% de los hogares españoles carecía de agua corriente en 1975.
En los primeros años del siglo XX, cada año morían en España más de 100.000 personas a causa de enfermedades epidemiológicas (tifus, tuberculosis, viruela, difteria…)
El 63% de los españoles eran analfabetos a comienzos del siglo XX. En 2005, la tasa se redujo al 2%.
A principios del siglo XX cada año morían en España 100.000 niños menores de un año, del total de 650.000 que nacían con vida.
En la estructura del gasto familiar, la alimentación concentraba el 70% en 1830, el 49% en 1964 y el 22% en 2001.
Entre 1940 y 1946 en España murieron de inanición en torno a 30.000 personas.
Durante la posguerra más de un millón de personas precisaban cada día del Auxilio Social para comer, de una población total de 27 millones.
Con todos estos datos, es para replantearse muchas cosas y darnos cuenta que hoy estamos mucho mejor que ayer y que hay que pensar en el mañana, así que hay que seguir adelante y prepararse para los nuevos retos que tendremos que afrontar.