Las App y las Webs para móvil son ambas importantes para cualquier negocio.
Si no tienes un sitio web móvil y una App móvil, estás perdiendo cuota de tus clientes.
El futuro es móvil, sin duda. Su tasa de penetración en España es del 63% y el tráfico web móvil se duplica cada año. Las empresas que no lancen versiones adaptadas a estos dispositivos van a tener serios problemas para competir en el entorno online.
La cuestión no es si hay que hacerlo, sino cómo y cuándo hacerlo.
Las páginas web adaptadas a los Smartphones pueden ser actualizadas inmediatamente, lo que les otorga una gran flexibilidad. Las App dependen de que sea el propio usuario quien descargue la actualización. Sin embargo, una aplicación ya descargada tiene una accesibilidad muy superior a la del sitio web móvil.
¿Adaptamos nuestra web a los Smartphones o diseñamos una App?
Sin límite de tiempo o dinero, lo ideal sería hacer las dos cosas, pero si el presupuesto no lo permite deberemos elegir entre la alternativa que mejor se adapte a nuestras necesidades ya que, aunque parecen casi idénticos, la realidad es que son muy distintos.
SITIO WEB MÓVIL: consiste en adaptar el diseño a la visualización de los dispositivos móviles y a sus propias limitaciones (pantalla más pequeña, velocidad de carga lenta…). Como sitio web, para acceder a él simplemente hay que entrar desde el navegador.
APP MÓVIL: es una aplicación que descargamos en nuestro dispositivo móvil. Es necesario instalarla en nuestro Smartphone consumiendo espacio de almacenamiento y dependeremos de los canales de distribución (Google Play, App Store…).
¿APP O SITIO WEB MÓVIL?
Para responder esta pregunta deberemos conocer para qué van a usarla nuestros clientes finales y así elegir la opción que mejor se adapte a sus necesidades. En general, nos decantaremos por el sitio web móvil para ofrecer una experiencia satisfactoria a los usuarios que naveguen desde sus dispositivos y optaremos por las aplicaciones para aquellas situaciones en las que las necesidades de nuestros clientes sean cubiertas mejor con esta opción.
Para solucionar esta eterna pregunta veremos las ventajas que hasta ahora tenía cada alternativa frente a la otra. Decimos “hasta ahora” porque de un tiempo a esta parte han aparecido nuevas formas de desarrollar Apps a bajo coste que están solucionando su principal desventaja: el elevado coste.
La versión web móvil no necesita ser descargada, cualquier persona (y desde cualquier lugar del mundo) puede acceder a nuestra web adaptada simplemente accediendo desde su navegador o buscándonos en los motores de búsqueda. Esto multiplica el alcance ya que podemos trabajar el posicionamiento SEO para móviles y conseguir colocarnos en las primeras posiciones de los resultados de búsqueda.
Por el contrario la App móvil sí que necesita ser descargada a través del distribuidor (Google Play, App Store…), que nos cobrará por usar su plataforma aunque a cambio nos proporcionará ventajas como el acceso a una serie de recursos. No obstante, el mero hecho de tener presencia en esas plataformas, aumentará nuestro prestigio, dado que tener una App da reputación por tratarse de algo que tradicionalmente sólo tenían las grandes empresas, además de influir también en el posicionamiento.
Hay que resaltar que, en el caso de las App, existe la opción de publicarlas PWA (Progressive Web App), sin tener que depender de ningún distribuidor, reuniendo en sí mismas lo mejor de las aplicaciones web y de las nativas. Funcionan como una aplicación nativa: el icono aparece en el teléfono como app, se pueden mandar notificaciones push y tienen acceso a ciertas funcionalidades del teléfono. Las PWA se encuentran en los motores de búsqueda y el último algoritmo de Google las pone en valor especialmente. Más adelante las explicaremos en detalle en artículo aparte.
Por otro lado los sitios web móviles son compatibles con cualquier tipo de dispositivo mientras que las App precisan de una aplicación específica para cada dispositivo. Esto disparaba el coste, lo que limitaba en cierto sentido el acceso a esta tecnología: no todas las empresas podían tener su propia aplicación. Además no sólo debíamos tener en cuenta el coste de desarrollo: los costes de mantenimiento y actualización también eran muy superiores en esta alternativa.
Las páginas web adaptadas a los Smartphones pueden ser actualizadas inmediatamente, lo que les otorga una gran flexibilidad. Las App dependen de que sea el propio usuario quien descargue la actualización.
Sin embargo, una aplicación ya descargada tiene una accesibilidad muy superior a la del sitio web móvil. Por ello, para aquellas páginas a las que los usuarios acceden con mucha frecuencia (Facebook, Twitter etcétera) sí que es muy interesante optar por la aplicación para ofrecer una mejor experiencia de uso.
La App también tiene una mayor capacidad y rendimiento. El sitio web móvil siempre va a estar más limitado por la velocidad de carga por lo que para portales que requieran cierta capacidad posiblemente nos interesará más desarrollar una App.
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