Adiós a Internet Explorer.

Desde mediados de junio, Microsoft ya no es compatible con el navegador que alguna vez fue dominante y que a legiones de internautas les encantaba odiar, y algunos todavía afirman adorar.

La aplicación de 27 años ahora se une a los teléfonos BlackBerry, módems de acceso telefónico y Palm Pilots en el basurero de la historia de la tecnología.

La desaparición de IE no fue una sorpresa. Hace un año, Microsoft dijo que pondría fin a Internet Explorer el 15 de junio de 2022, empujando a los usuarios a su navegador Edge, que se lanzó en 2015.

La compañía dejó en claro en 2021 que era hora de seguir adelante:

“Microsoft Edge no solo es una experiencia de navegación más rápida, más segura y más moderna que Internet Explorer, sino que también puede abordar una preocupación clave: la compatibilidad con sitios web y aplicaciones antiguos y heredados”.

Los usuarios marcaron el fallecimiento de Explorer en Twitter, y algunos se refirieron a él como un “POS inseguro y plagado de errores” o el “navegador principal para instalar otros navegadores”. Para otros, fue un momento para los memes de nostalgia de los 90.

Microsoft lanzó la primera versión de Internet Explorer en 1995, la era antediluviana de navegación web dominada por el primer navegador ampliamente popular, Netscape Navigator.

Su lanzamiento marcó el principio del fin de Navigator: Microsoft vinculó IE y su omnipresente sistema operativo Windows tan estrechamente que muchas personas simplemente lo usaron de forma predeterminada en lugar de Navigator.

Microsoft fue demandada en 1997, por exigir a los fabricantes de computadoras que usaran su navegador como condición para usar Windows, batalla que se resolvió en 2002.

También se enredó con los reguladores europeos que dijeron que vincular Internet Explorer a Windows le daba una ventaja injusta sobre rivales como Firefox de Mozilla, Opera y Chrome de Google.

Mientras tanto, los usuarios se quejaron de que IE era lento, propenso a bloquearse y vulnerable a los ataques.

La participación de mercado de IE, que a principios de la década de 2000 superaba el 90%, comenzó a desvanecerse a medida que los usuarios encontraban alternativas más atractivas.

En la actualidad, Chrome domina el mercado mundial de navegadores con un 65 %, seguido por Safari de Apple con un 19 %. El heredero de IE, Edge, se queda atrás con un 4%, justo por delante de Firefox.

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